Rano Raraku
Nuevas excavaciones en la cantera de los Moai de Isla de Pascua: fertilidad del suelo, formación del sitio y cronología
by Jo Anne van Tilburg
Un estudio reciente demuestra que el trabajo en la cantera Rano Raraku, donde se tallaron unos mil moai en los años 1455-1605 AD, habría enriquecido el suelo con fósforo y otros minerales, mejorando las condiciones para el cultivo de plantas de uso doméstico como el camote, taro, mañioca, calabazas, mahute, plátanos y otras especies alimenticias.
Rano Raraku, la cantera de los moai, comprende 126.741 m2 y es un sitio de producción de mayor escala de las estatuas pétreas llamadas moai. Contiene 809 vestigios arqueológicos. De estos, solo el 59,7 % son moai y el resto lo constituyen fundaciones de casas (hare vaka), áreas para cocinar (umu pae), petroglifos y estructuras de jardines de rocas (manavai). “Ello indica que en ese lugar se habitaba, se producían herramientas, se plantaba y se oficiaban ceremonias e incluso funerales”, nos indica la arqueóloga Jo Anne van Tilburg, quién inició en 2010, junto a miembros y estudiantes de la comunidad Rapanui, el proyecto de investigación arqueológica en la cantera de Rano Raraku. Esta investigación se basó en fotografías históricas cuidadosamente escrutinadas y el levantamiento de un mapa de la región interior de la cantera, logrando acumular una enorme base de datos con una documentación detallada de más de mil objetos escultóricos (Moai) y más de 200 objetos similares encontrados en colecciones de museos. Los resultados de la excavación se expusieron en el 2018 en el Mana Gallery de Isla de Pascua http://www.eisp.org/category/art/managallery).
En las excavaciones se descubrió una escultura completamente nueva a cinco metros de profundidad (moai RR-0001-156) en la ladera interior del Rano Raraku. Según Van Tilburg, esta estatua estaba parada en un hoyo profundo de un papa, una piedra firme, acuñada por una piedra larga de un metro de altura. Ello correspondía al sistema de ingeniería aplicado por los antiguos escultores cuando situaban una estatua en su lugar definitivo. Asimismo se encontró evidencia dura de que otra cantera más antigua yacía debajo del fondo pétreo. Ello desechó teorías anteriores que indicaban que todas las estatuas en las pendientes del Rano Raraku se izaban para luego terminarlas y removerlas. Ese paradigma se alteró al detectar que estas estatuas se encontraban ahí por ser la cantera Rano Raraku un importante sitio sagrado y no solo un lugar de producción de estatuas.
Todas las plantas de uso doméstico fueron introducidos por los colonizadores polinésicos lo que significó el traslado y adaptación de especies tropicales a una isla pequeña y aislada con un clima subtropical. “No sabemos cuánto tiempo requirió este proceso de colonización para lograr mantener una sociedad jerarquizada, con jefes, sacerdotes y una variedad de especialistas con una agricultura intensiva de tubérculos”… explica José Miguel Ramirez Aliaga de la Universidad de Playa Ancha, en Valparaíso, quien formó parte del equipo internacional encabezado por Sara Sherwood del Departamento de Tierra y Sistemas Ambientales en la Universidad del Sur (Tennessee) y que encontró un sitio de horticultura en la ladera interior sur y este del Rano Raraku del siglo XIV hasta comienzos del siglo XIX.
Durante este período de transformación sociopolítico y de cambios en el uso de la tierra, en toda la isla se desarrollaron huertas tipo jardines de roca que requerían uso intensivo de mano de obra para así aumentar la productividad a medida que la fertilidad del suelo disminuía en un contexto de deforestación y sequía producto de posibles cambios climáticos. Afectados por un período de sequía prolongada, los isleños desarrollaron técnicas para proteger y mantener la producción agrícola mediante la construcción de manavai (jardineras circulares de piedra de aprox 1 m de altura) para proteger las plantas del viento y jardines de piedra para mantener la humedad del suelo para el cultivo de tubérculos. “Ello sucedía mientras emergía el ritual de Orongo con un enfoque intensivo en la fertilidad”, explica Van Tilburg.
El presente estudio se enfocó en el moai RR-0001-156 del Easter Island Project, una de las tres únicas figuras en toda la isla que se sabe que están adornadas con un conjunto denso de motivos de petroglifos cohesivos, y que se supone fue colocada por razones ceremoniales en un sitio de producción productiva. Rano Raraku tenía (y todavía tiene) suelos extremadamente fértiles que son el subproducto de la erosión de los sedimentos de toba de lapilli generados por el proceso de extracción y la actividad humana localizada. Este estudio valida Rano Raraku como el mayor centro de producción de moai, estableciendo parámetros cronológicos para la estatua RR-0001-156 y describe la fertilidad agrícola, hipotetizando un paisaje rico y de usos múltiples en la ladera interior de la cantera que no tiene paralelo en otros lugares de Rapa Nui.
El estudio, basado en la química del suelo, la micromorfología y los datos macro y microbotánicos enmarcados dentro de un modelo bayesiano estratigráfico e informado por radiocarbono que es el primero de Rapa Nui, fue realizado por Sherwood SC, Van Tilburg JO, Barrier CR, Horrocks M, Dunn RK, Ramírez-Aliaga JM. Está en proceso la próxima aparición de un nuevo estudio sobre el significado de los complejos petroglifos encontrados en los dos moai excavados en la cantera del Rano Raraku y aquellos en el moai Hoa Hakananai’a encontrado en Orongo.
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