La Isla Pitcairn, de apenas 47 km cuadrados, es parte de un grupo de cuatro islas volcánicas (Pitcairn, Henderson, Ducie y Oeno), ubicada en el Pacífico Sur, a 2.086 km de Isla de Pascua. Su historia es destacable por varias razones. Primero, por ser la isla más cercana a Rapa Nui, habitada en tiempos pasados y luego abandonada, dejando restos arqueológicos en su estela. Segundo, por su escasos habitantes, apenas 50, casi todos descendientes de Fletcher Christian y los marinos que se amotinaron en el galeón británico H.M.S.Bounty en 1789.
En efecto, muchos piensan que la historia de Pitcairn comienza con el arribo de los 9 amotinados del HMS Bounty con 12 mujeres y 6 hombres tahitianos que los acompañaban, pero pocos saben que estas islas son una de las pocas en el mundo que han sido habitadas en tiempos pasados y luego abandonadas, dejando restos arqueológicos en su estela. Los amotinados encontraron hornos de tierra y restos de casas casi intactas y se conjeturaba que colonos polinesios habían abandonado Pitcairn apenas 50 años antes. Asimismo se encontraron piedras con petroglifos y cuatro estructuras ceremoniales (marae) con estatuas pétreas y cavernas con restos de esqueletos. El capitán Frederick W. Beechey, quién visito tanto Rapa Nui como Pitcairn en 1825, remarcó la similitud de los petroglifos y de las estructuras ceremoniales y estatuas de Pitcairn con aquellas de Rapa Nui. Lamentablemente, lo único que sobrevive en tiempos presentes del marae o plataforma de Pitcairn, es el torso de una estatua que se encuentra actualmente en el Museo Otago de Nueva Zelanda.
Los polinesios deben haber vivido en Pitcairn como 700 u 800 años, formando una unidad cultural con los isleños de Rapa Nui en el Este, y los de Mangareva y de los Tuamotu en el Noroeste. Las decenas de herramientas de obsidiana y basalto que comerciaban con otras islas polinesias pueden encontrarse en islas tan distantes como Mangareva (526 km) y Katiu en las islas Tuamotu (1.889 km). Las azuelas de Henderson se rastrean geométricamente a la cantera basáltica de Tautama en Pitcairn, mientras otras fueron encontradas en Mangareva, confirmando que alguna vez hubo un activo intercambio comercial entre los isleños que probablemente incluía también a los rapanui. Los mangarevos llamaban a Pitcairn He Rangi, Kai Rangi y Mata ki te Rangi. Este ultimo nombre, curiosamente, también es uno de los antiguos nombres de Rapa Nui, lo cual abre varias preguntas sobre el origen de los primeros colonos de Pitcairn, con quiénes se entremezclaron y hacia dónde migraron finalmente. Ello podría también arrojar alguna luz sobre la tierra de origen de Rapa Nui y su ascendencia y el rol de Mangareva en todo ello, pues su narrativa oral es muy similar a la de rapanui. (En el mito mangarevo fue el espíritu de Ranga Henua que viajó a Mangareva y su legendario fundador fue Hotu Atua, mientras que en Rapa Nui el espíritu fue del sabio Haumaka y el rey fundador se llama Hotu Matua).
Recordando la historia, la famosa goleta británica HMS Bounty se dirigía a Tahiti en busca del árbol del pan que se utilizaba como dieta complementaria para esclavos. Por motivos climatológicos tuvieron que permanecer en Tahití durante medio año. Era el 28 de abril de 1789. Gran parte de la tripulación había decidido no continuar el viaje y se amotinaron contra el capitán Bligh, a cargo de la nave. Este último fue puesto en una lancha con los tripulantes que aún le eran fieles, llegando a la isla de Timor, donde la historia comenzó a hacerse pública. Mientras tanto, Christian, acompañado por ocho ingleses, seis tahitianos y doce tahitianas, tomó el mando del Bounty y logró colonizar con su gente aquel pequeño enclave, perdido en el Pacífico, el 15 de enero de 1790. Pitcairn había sido descubierto en 1767 por el Capitán Carteret de la Armada Real Británica y su nombre se debía a Roberto Pitcairn, hijo de un tripulante quién fue el primero en divisar esta isla deshabitada.
Los amotinados tomaron primero medidas para no ser descubiertos. El Bounty fue incendiado y hundido para siempre en el Pacífico. Aunque los colonos sobrevivieron cultivando y pescando, el período inicial de asentamiento estuvo marcado por graves tensiones y disputas internas causadas por la escasez de mujeres. La población masculina quedó casi exterminada. En el año 1800, sólo permanecía un adulto varón con vida, Alexander Smith, alias John Adams, fundador de la pequeña comunidad. Estuvo acompañado por nueve mujeres y diecinueve niños, a los que educó en el más estricto puritanismo. Adams fue perdonado por el Almirantazgo Británico por la labor que había llevado a cabo con los niños y murió en la isla a los 65 años.
Esta pequeña colonia británica ha cambiado mucho desde entonces. Se rige por un consejo isleño, un cuerpo consultivo de diez miembros electos cada año. El gobernador es el representante del rey de Inglaterra. La única población y capital a la vez, es Adamstown, ubicada en el centro-este de la isla. En frente del juzgado se conserva el ancla del Bounty cuyo naufragio sigue siendo visible bajo el agua en el Bounty Bay. En la iglesia de la ciudad se encuentra también la Biblia del barco amotinado que fue utilizada como guía para una sociedad nueva y pacífica. La economía depende de una agricultura de subsistencia, que ya se beneficia de los avances técnicos. Un generador proporciona electricidad durante la mayor parte del día y la gente se mueve en moto de un lado a otro de la isla.
Los actuales habitantes de Pitcairn fluctúan entre 40 y 50 personas; son fuertes, orgullosos e increiblemente ingeniosos y resilientes. La mayoría gana su vida con la venta de artesanías y de sellos impresos con la historia de la isla, rarezas codiciadas por filatélicos, además de los beneficios de inversiones en el extranjero. Lanchas metálicas les permiten el acceso a los barcos y el transporte de cargas. Las emergencias médicas son evacuadas a Mangareva. La educación de los niños está a cargo de un profesor inglés y los que desean acceder a una educación superior pueden hacerlo en Nueva Zelanda. La totalidad de la población se reúne una vez al año para procesar la caña de azúcar y celebrar ocasiones importantes como el “Bounty Day” cada 23 de enero con la quema de replicas del famoso barco, conmemorando el día en que Fletcher hundió el original.
Alexandra Edwards, la autora, está organizando actualmente una expedición a Pitcairn en 2020 para el Pacific Islands Research Institute. El objeto es explorar el sitio con petroglifos mencionados en el artículo, pero también ser parte del equipo de trabajo que dirige los tests de arqueología forence en lo que se presume ser un sitio de entierro histórico en Adamstown.