Cada año millones de toneladas de plásticos son arrojados a los océanos. La mayoría de estos desechos flota en la llamada “Gran mancha de basura del Pacífico Norte”, contaminando las especies marinas. Rapa Nui está recibiendo los desechos provenientes del Giro del Pacífico Sur.
El pasado mes de abril, la tripulación del Sea Dragon, integrantes de la Organización No Gubernamental “5 GIROS”, liderada por Marcus Eriksen y Anna Cummins, visitó Isla de Pascua en el contexto de su investigación sobre el impacto global de la contaminación marítima producida por los desechos de plástico. Hasta la fecha han recorrido más de 20.000 millas marítimas realizando exploraciones en los 5 giros oceánicos subtropicales.
Un giro oceánico es un gran remolino de agua de miles de kilómetros de lado a lado, impulsado por fuertes vientos que fuerzan estas corrientes en sentido del reloj en el hemisferio norte y en sentido contrario en el hemisferio sur. Los centros de estos giros subtropicales son zonas de alta presión debido a los vientos del oeste en el lado norte del giro y los vientos alisos del este en el lado sur. Todos los desechos no biodegradables como botellas, bolsas de plásticos, entre muchos otros que son liberados a los océanos , son atrapados por estos remolinos. Uno de los cinco grandes giros oceánicos subtropicales es el “Giro del Pacífico Norte” (North Pacific Gyre) denominado “Sopa de Plástico” o “Gran mancha de Basura del Pacífico” (Great Pacific Garbage Patch). Es una zona cubierta de desechos plásticos y de otro tipo que han sido atrapados por las corrientes del giro. Se estima que tiene un tamaño de 1.400.000km2 y el 80% de la basura proviene de zonas terrestres y sólo el 20% de los barcos. A pesar de su tamaño y densidad, este basurero oceánico es difícilmente visible mediante fotografías satelitales y tampoco es posible localizarlo con radares. Cada año millones de toneladas de plásticos van a parar a los océanos y en el mar los plásticos absorben la polución en altas concentraciones, desintegrándose de tal manera que puede ser comido por los organismos marinos que viven en la superficie, entrando por completo en la cadena alimenticia.
Las expediciones de este grupo de investigadores comenzaron en el año 2008 con la exploración del Giro del Pacífico Norte, posteriormente el “Giro Atlántico Norte” (2009), “Giro Océano Índico” y “Giro Atlántico Sur” (2010), finalizando en 2011 con el “Giro del Pacífico Sur”, ubicado cerca de Isla de Pascua. Mediante redes especiales “Nasa” recolectan muestras de plásticos que se encuentran en cada una de estas corrientes circulares para realizar los estudios sobre el tipo de plástico flotante en los giros. De igual forma, recolectan peces para entender cómo la ingesta de partículas micro plásticas afectan los ecosistemas marinos y realizan estudios para conocer el impacto de la contaminación de los plásticos en nuestra salud. Anna Cummins, científica de la expedición señala que: “Los desechos se van deshaciendo en partículas muy pequeñas y estos fragmentos de plásticos se quedan muchos años dando vueltas en el mar y lo peligroso es que los peces lo están comiendo. Se está dañando el organismo de nuestra fauna marina y si nosotros comemos los peces podemos terminar de alguna manera consumiendo nuestra propia basura”.
Rapa Nui está recibiendo todos los desechos de las corrientes del Pacífico Sur y para una demostración en terreno, la agrupación realizó una expedición al Ahu Tongariki y Ovahe. Se ejecutó un trabajo de limpieza en el borde costero, donde se encontraron grandes cantidades de residuos plásticos y de basura. Maeva Icka de la Unidad de Gestión Ambiental Municipal, coordinadora de la visita, nos cuenta: “Aprendí, con esta salida a terreno, que debajo de cada roca están las micropartículas de plásticos y que son altamente contaminantes”.
Para comunicar el impacto global de la contaminación, los investigadores han organizado expediciones invitando a científicos y otros profesionales a unirse a su tripulación, realizando charlas educativas en los colegios de cada lugar que visitan y Rapa Nui no fue la excepción. En el Colegio Lorenzo Baeza Vega explicaron a los jóvenes los efectos nocivos de la polución en el mar y la importancia de cuidar el medio ambiente.