Mucho se ha especulado alrededor del problema del abastecimiento de agua en épocas remotas de Rapa Nui. “La isla no tiene ríos, riachuelos o arroyos que bañen sus campos ni fuentes de agua que refresquen a los sedientos”.. decía Englert en su libro La Tierra de Hotu Matua. Y lo cierto es que antiguamente el agua dulce era un consumo limitado. No habían animales ni tampoco vestimenta, ollas y artículos domésticos para lavar. Los isleños se abastecían en los cráteres de los volcanes Ranu Kau , Rano Raraku y Rano Aroi,  que han servido de reservorios de agua de lluvia. En un invierno lluvioso, desde el Rano Aroi, suele correr el agua por varias Ava o cañadas que bajan hacia el noroeste y suroeste. La falta de ríos tampoco ha sido problema para su regular provisión. Varios kilómetros de cavernas subterráneas, no siempre de fácil acceso, contienen agua fresca en abundancia. El agua de lluvia se filtra rápidamente en el suelo poroso y mantiene napas subterráneas inagotables. También existen filtraciones provenientes de los cráteres que encuentran salida entre las rocas cercanas a la costa, lugares que los isleños conocen muy bien.

En el pasado también eran habituales los Taheta, depósitos de piedra que servían para guardar agua y los Manavai o jardineras de piedra que mantenían la humedad y protegían las plantas del viento. Las única dificultad era la de acarrear agua de lugares distantes, ya que no habia más receptáculos domésticos que las calabazas.

 Actualmente la administración chilena ha establecido dos sistemas de agua potable en la isla, uno en el radio urbano de Hanga Roa que cubre el 100% de la población y otro en el sector  rural de Vaitea. El pueblo de Hanga Roa se abastece de dos fuentes hídricas, la quebrada de Mataveri (Servicio Rano Kau) en el sur y el sector de Arapiki en el norte. (El límite está en la calle Te Pito te Henua). El agua se localiza en las napas subterráneas, se acumula con las aguas de lluvia a más de 60 metros de profundidad. Existen  cuatro pozos de extracción (N° 21,25,27 y 28) y uno (N° 7) de reserva (Ver mapa de ubicación). Al agua cruda extraída de los pozos sufre un proceso químico en el cual se le agrega hipoclorito en cantidades mínimas (0.3 ppm a 0.5 ppm), para así convertirse en agua potable, según lo exigido  por la  Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS).  Mario Zúñiga, Jefe de la División Sanitaria de la empresa abastecedora de agua potable y electricidad, Sasipa, nos señala que: “El agua contiene muchos minerales y sustancias químicas que deben controlarse una vez al año. De acuerdo a los últimos resultados entregados en 2010, todos cumplen con los máximos permitidos.

El agua de la isla es agua de lluvia, cuyo proceso de limpieza se realiza en forma natural por el lecho rocoso y arenoso del terreno y requiere menos hipoclorito que el agua en el continente. Hasta la fecha, en Rapa Nui no se han presentado casos de enfermedades o intoxicaciones de origen hídrico en la población.

 Como reguladores del agua, existen cinco grandes estanques de almacenamiento, que se encuentran en  lugares altos (2 se localizan en el Rano Kau, 2 en Arapiki y uno en Puna Pau) y de ahí el agua es conducida por una red subterránea de cañerías hasta los domicilios. Actualmente se consumen 4.000m3 de agua diarios ( 70 litros por segundo). Esta demanda varía en función de la población flotante de turistas,  que en temporada alta casi duplica a los residentes. “En verano trabajan todas las bombas las 24 horas del día y hasta el momento nos hemos tenido necesidad de usar los pozos de reserva”…enfatiza Zúñiga y agrega: “Está en los planes de contingencia de SASIPA realizar un estudio hidrogeológico para definir definitivamente la cantidad y calidad de agua existente en la isla . En el caso de que los recursos de agua dulce sean insuficientes, se implementaría una planta sanitizadora de agua de mar. Otros proyectos aprobados para este año en curso son la construcción de un sistema de agua en Maunga Orito (140m sobre el nivel del mar) que permitirá reforzar el suministro en Hanga Roa, el cambio de cañerías y matrices con mayor diámetro para mejorar el volumen y la presión, la aplicación de  mayor tecnología y automatización en los procesos y finalmente, el mejoramiento en las casetas de cloración”.El urgente estudio de alcantarillado y tratamiento de agua para evitar las posibles fuentes de contaminación en las napas subterráneas debido a los pozos negros existentes en la mayoría de las viviendas isleñas, es contemplado en un mediano plazo.

Kiko Morris

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