Matusalem (Masú) Hey en realidad se debería llamar Edmunds. Su padre Enrique es hijo del inglés Henry Percival Edmunds, administrador de la compañía ovejera Williamson & Balfour entre 1903 y 1930, y de su abuela Sofía Hey, con quién éste engendró los primeros cuatro hijos de los nueve que tuvo con mujer isleña. Masú recuerda que Edmunds nunca quiso tener hijos y no los reconoció ni ayudó. “Yo no lo alcancé a conocer porque se fue a Tahiti antes de que yo naciera. Mi abuela Sofía era una mujer ruda para trabajar y nos enseñó a todos. También era matrona. Trabajábamos desde muy niños, arando, plantando maíz y eso. Yo veía que otras personas no tenían nada como Juan Tepano y Timoteo Haoa. No había con qué taparse en la noche, dormían todos juntos sobre el pasto Heriki Hare. Trabajé con Juan Riroroko que era un pequeño empresario, tenía caballos, vacas, arados y herramientas. No era muy buen jefe, no se veían monedas, sólo era para comer y para vivir. Masú quedó pensativo y confiesa:igual vivíamos felices.”
“Mi madre Amelia Riroroko es sobrina del último rey elegido de Rapa Nui, Simeón Riro Kainga, quién fue asesinado por la compañía ovejera cuando viajó en barco a Valparaíso en 1897 para hablar con el Presidente sobre los malos tratos que sufrían en la isla. Aquí le decían que era loco, Riro es loco, y de ahí nace mi apellido materno Riroroko. “Mi madre Amelia Riroroko es sobrina del último rey elegido de Rapa Nui, Simeón Riro Kainga, quién fue asesinado por la compañía ovejera cuando viajó en barco a Valparaíso en 1897 para hablar con el Presidente sobre los malos tratos que sufrían en la isla. Aquí le decían que era loco, Riro es loco, y de ahí nace mi apellido materno Riroroko.

Mi padre era capataz y constructor de la Compañía e hizo junto a otras personas el pabellón del sanatorio para los enfermos de lepra. Yo también trabajé desde los trece años en la Compañía, primero como ayudante de mi papá y después en la esquila de corderos. Llegué a tener callos en la mano con el trabajo. Un verano me pasó que nos llevaron al hospital para hacernos exámenes de lepra que consistía en que nos pinchaban en diferentes partes y nosotros teníamos que responder “pinche” si sentíamos algo y “toc” si no sentíamos nada. La insensibilidad era signo de lepra. A mi me pincharon en la mano justo en la parte callosa y como no lo sentí me enviaron al hospital fichado. No visito el hospital, me da pena verlo, lo conocí mucho de joven.
Por el año 1945, teníamos diez u once años, nosotros nos vestíamos como podíamos. No teníamos pantalones, puro calzoncillo. Y nos cubríamos con lo que fuere hecho de alpillera o sacos de harina. Éramos muy pobres. A los veinte años usábamos la ropa de los marinos que llegaban en el barco una vez al año y a quienes les cambiábamos sus uniformes por moai. Los lunes íbamos todos con uniforme de marino a trabajar a Vaitea donde nos poníamos la ropa de trabajo. Los que trabajaban en la Compañía tenían algunas ventajas, podían ir a pescar y a sus mujeres les permitían sacar agua dulce en un molino en Mataveri y lavar ropa en el cráter del Rano Kau. La Compañía tenía una pulpería donde vendían te, azúcar, ropa, zapatos y géneros por metros, pero el barco llegaba una vez al año y al poco tiempo no quedaba nada. Después, cuando se hizo cargo la Armada de la hacienda ovejera, también vendían materiales de construcción.
Trabajé muchas cosas, fui ayudante carpintero con mi papá, albañil y luego mecánico. A los 18 años, con la plata que ganaba construí mi primera casa en el terreno de mi mamá en la calle principal. Durante la administración de la Armada fui a Santiago a conocer y luego entré a trabajar como funcionario en varias empresas del gobierno. Después trabajé como contratista independiente y terminé construyendo otras casas y negocios en mi terreno. Ahora estoy recogiendo mis arriendos.”Trabajé muchas cosas, fui ayudante carpintero con mi papá, albañil y luego mecánico. A los 18 años, con la plata que ganaba construí mi primera casa en el terreno de mi mamá en la calle principal. Durante la administración de la Armada fui a Santiago a conocer y luego entré a trabajar como funcionario en varias empresas del gobierno. Después trabajé como contratista independiente y terminé construyendo otras casas y negocios en mi terreno. Ahora estoy recogiendo mis arriendos.

Masú tuvo dos mujeres y seis hijos. Según él “en esos tiempos no había corazón, no había amor, había demasiado problema, no teníamos nada. La mujer era como una amiga para trabajar, pelear y morir juntos. Hasta hoy cada uno hace aquí su vida. No hay celos, pura rabia, son otras las costumbres, los pascuenses no están ni ahí con el amor. La costumbre de los hombres acá es la botella y sacar la mugre a la señora y las mujeres aguantan. En esos tiempos no había educación. Yo mismo fui a la escuela hasta ahí no más. A veces no iba porque mi mamá lavaba mi ropa y no se alcanzaba a secar el día siguiente. Sólo llegué hasta octavo básico.”tiempos no había corazón, no había amor, había demasiado problema, no teníamos nada. La mujer era como una amiga para trabajar, pelear y morir juntos. Hasta hoy cada uno hace aquí su vida. No hay celos, pura rabia, son otras las costumbres, los pascuenses no están ni ahí con el amor. La costumbre de los hombres acá es la botella y sacar la mugre a la señora y las mujeres aguantan. En esos tiempos no había educación. Yo mismo fui a la escuela hasta ahí no más. A veces no iba porque mi mamá lavaba mi ropa y no se alcanzaba a secar el día siguiente. Sólo llegué hasta octavo básico.”
Hace poco se celebró a Benedicto Riroroko como heredero de la corona, pero se coronó a su hermano Valentín por ser más joven. “No sé qué se traen con eso. Quizás el sistema pascuense necesita un rey como antes, quizás la costumbre tiene que seguir, aunque antes los reyes tenían Mana y fuerza y hoy no. Ahora hay puros políticos, cada uno con su grupo, nadie se junta. Además hay muchos que no trabajan y hacen tomas de terrenos, no es siquiera de ellos la tierra que toman, sólo quieren vida fácil.”