by Javier Sellanes
Núcleo Milenio de Ecología y Manejo Sustentable de islas Oceánicas
(ESMOI)–Facultad de Ciencias del Mar, Millennial Nucleus, Ecology and Sustainable Management of
Oceanic Islands (ESMOI) – Faculty of Marine Sciences – Universidad Católica del Norte.
Por primera vez en la historia se visita un desconocido monte submarino ubicado al NE del Parque Motu Motiro Hiva. Ello fue durante la travesía épica desde Valparaíso hacia Tahiti que realiza el crucero de investigación japonés “RV Mirai”, en la cual participan científicos de distintos países, de cuatro universidades chilenas (UC del Norte, UC de Valparaíso, U de Valparaíso y U de Concepción) y un Consejero del Mar de Rapa Nui como observador.
Este crucero realiza una travesía de casi 10.000 km desde la fosa de Atacama, pasando por las Islas Desventuradas, visitando varios montes submarinos de las cordilleras de Nazca y el islote Salas y Gómez, la mítica Isla de Rapa Nui, pasando por la dorsal del Pacífico y las Islas Australes, para recalar tras 34 días en el puerto de Papeete, Tahiti.
El objetivo general es investigar, analizar y dimensionar los efectos del ser humano en esta área, una de las últimas fronteras aún menos afectada en el planeta. El mayor interés radica esta vez en los intensos gradientes hidrográficos, biogeoquímicos y ecológicos, desde el altamente productivo Sistema de la Corriente de Humboldt hacia el Giro del Pacífico Subtropical. Todas las grandes cuencas oceánicas, debido a diversos procesos de circulación atmosférica y de las corrientes de marinas, tienen en su centro una zona conocida como giro. Esta zona alejada de grandes masas continentales tiene varias características, entre ellas la baja productividad de sus aguas. Hay muy pocos nutrientes para alimentar a microalgas que componen el fitoplancton. Las microalgas son la base de las tramas tróficas de la cuales dependen los otros seres vivos en los océanos. Es por ello que a los giros se les considera como los desiertos de mar adentro.
Sin embargo, tal como en los desiertos hay oasis, en esta gran área marina de baja productividad hay zonas en las cuales se aglutina la fauna. Las islas oceánicas y los montes submarinos constituyen ambientes favorables para la presencia de una variada gama de seres vivos de características muy particulares. De hecho, dado su aislamiento, su flora y fauna suelen ser endémicas, es decir, especies que solo se encuentran en esa parte del planeta.
De las nueve estaciones visitadas, mención especial merece un monte submarino ubicado al NE del Parque Marino Motu Motiro Hiva, que fue visitado por primera vez en la historia. De hecho aún no tiene nombre y los integrantes chilenos de ESMOI junto con el Consejero propusieron denominarlo Mana o“energía sagrada” en rapanui. Su cima se encuentra a unos 265 m de profundidad y su base a más de 3500 m. Se logró mapear el Mana completamente para conocer sus características topográficas y se realizó una filmación en una de sus laderas, desde los 1000 m de profundidad hasta su cima, recolectando además muestras de un valor científico incalculable.
A modo de ejemplo, la mayoría de los animales observados y recolectados en el monte Mana corresponden a primeros registros para el acervo nacional de biodiversidad marina o especies nuevas para la ciencia. Dado su volumen, el análisis tomará tiempo y los resultados se conocerán recién en el próximo año. Esta información contribuirá a proteger los emblemáticos ecosistemas visitados, en especial los parques marinos Nazca-Desventuradas y Motu Motiro Hiva.
Uno de los momentos emotivos memorables del crucero fue la ceremonia de entrega del moai “Mana Tapu Ao” por parte del Consejero del Mar rapanui a bordo, Melitón “Heka” Tuki Pakarati, al capitán del “RV Mirai”. Para Melitón Tuki esta experiencia fue positiva e inolvidable. “Es el viaje más largo que he hecho en un barco, más de un mes, y eso es algo que a mi edad queda muy grabado. Mucho agradecimiento a toda la tripulación, desde el capitán, pasando por los cocineros y hasta los marineros. Especialmente también a la tripulación científica, que son todos gente de buenas intenciones y espero que estos resultados contribuyan no solo al pueblo de Rapa Nui sino a la humanidad en general”.
Este moai quedará a bordo, donde ocupará un lugar privilegiado en la sala principal de reuniones y acompañará a la nave y sus tripulantes en su navegación por los océanos del mundo.