Por Naití Morales – ESMOI, Universidad Católica del Norte.

Los grandes depredadores del mar como los tiburones, atunes, pez de espada, bonitos y otros que se denominan “depredadores tope” son todas aquellas especies que se encuentran en la cima de la red alimenticia o trama trófica. Eso significa que son los grandes depredadores de los hábitats que habitan y que en general, ellos mismos no tienen depredadores naturales.  Ellos representan el componente principal en los ecosistemas marinos, ya que juegan un papel fundamental en la regulación de arriba-abajo (top-down) de las poblaciones de presas inmediatamente por debajo de ellos en la red alimenticia. El constante declive de las poblaciones de “depredadores tope”, ha generado una creciente preocupación por su conservación y los efectos indirectos que podría causar su desaparición.

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Existe evidencia que indica que la reducción o desaparición de las poblaciones de “depredadores tope” desencadena una serie de cambios en la composición y diversidad de especies en el ecosistema. Si algún componente de la red alimenticia cambia sustancialmente, todas las especies que componen la red se verán afectadas en lo que se denomina, efecto cascada. Por ejemplo, si removiéramos los tiburones, las poblaciones de depredadores intermedios aumentarían su abundancia, disminuyendo por consiguiente las poblaciones de herbívoros. Al disminuir las poblaciones de herbívoros, nadie consumirá las algas y el ecosistema pasará desde un sistema dominado por corales a un sistema dominado por algas.

La disminución de los denominados “depredadores tope” ha sido efecto de la acción humana. La sobrepesca se considera la principal causa de su disminución en el mundo, ya que, producto de su biología (madurez sexual tardía, pocas crías por camada, periodos de gestación largos, entre otros), estas especies son más vulnerables que otras a altos niveles de pesca, llevándolas fácilmente al colapso y posterior extinción.

Producto del aislamiento, la biodiversidad marina de Rapa Nui ha sido poco estudiada; sin embargo, los pocos estudios realizados han mostrado alto endemismo y un impacto importante de las pesquerías en el ambiente marino.  En la aguas de Rapa Nui los efectos de la pesca son evidentes, siendo difícil encontrar tiburones y otros peces grandes. En contraste, en Motu Motiro Hiva,“islote que mira a Hiva”, que era el nombre que daban los nativos polinésicos en sus rutas océanicas a la pequeña isla Salas y Gómez ubicada a 400 kilómetros de distancia de Rapa Nui, las poblaciones de “depredadores tope” representan el 43% de la biomasa del lugar, liderado por el Tiburón de Galápagos o Māngo (Carcharhinus galapagensis), seguido por el Toremo (Seriola lalandi), Ruhi (Caranx lugubris) y Po‘opo‘o (Pseudocaranx cheilio). Esta gran presencia de depredadores da señales inequívocas de la buena salud de este ecosistema.

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Durante el 2010, el gobierno de Chile creó el Parque Marino Motu Motiro Hivade 150 km2 de extensión con el objetivo de salvaguardar la biodiversidad local de futuras amenazas. Sin embargo, las poblaciones de depredadores tope dentro del parque están aún en peligro. La detección de especímenes con anzuelos en la boca, sumado a la posible presencia de barcos pesqueros en la zona, hace pensar que la pesca ilegal es aún un gran problema a solucionar.

La mayoría de las especies de depredadores tope son nadadores activos y realizan migraciones, lo que representa grandes desafíos para quienes estudian y diseñan planes de conservación. ESMOI, Núcleo Milenio de Ecología y Manejo Sustentable de Islas Oceánicas realiza actualmente estudios sobre los patrones migratorios y conectividad de grandes depredadores tope que habitan Rapa Nui yMotu Motiro Hiva, con el fin de entender si las poblaciones de ambos lugares están conectadas y, de paso, verificar si el Parque Marino es efectivo para su protección.

Para esto y durante laúltima expedición CIMAR-21 Islas, a bordo del Buque dela Armada de Chile“Cabo de Hornos”, 33 tiburones de Galápagos y 19 Toremos fueron marcados con marcas convencionales (marcaje-recaptura), comúnmente conocidas como“espaguetis”. El rango de longitudes total obtenidas en este muestreo fue de 76-170 cm para el tiburón de Galápagos y 69-124 cm para los Toremos, tallas que se encuentran dentro de lo observado para estas especies. Entreéstos, sólo los más grandes, 4 tiburones y un Toremo, fueron marcados con marcas satelitales (MiniPat). Las marcas satelitales nos entregarán la ruta recorrida porestos individuos durante un año. Paralelamente, se realizarán análisis genéticos para determinar la relación de parentesco entre las poblaciones de Rapa Nui yMotu Motiro Hiva.

Ya que el tiburón de Galápagos y los toremos tienen una distribución global, nuestro próximo objetivo serádeterminar cuál es el parentesco entre las poblaciones residentes en la ecorregión de Isla de Pascua (Rapa Nui yMoto Motiro Hiva) y aquellas que habitan en otras zonas del Océano Pacífico, tales como las Islas Galápagos en Ecuador, Isla del Coco en Costa Rica y Hawaii en Estados Unidos, para asídilucidar cómo estas especies con capacidades migratorias de sólo unos cientos de kilómetros, han logrado dominar casi todos los océanos del mundo.

 

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