Los primeros europeos que entraron en contacto con Te Pito te Henua fueron tres barcos holandeses comandado por Jacob Roggeveen el día 5 de abril 1722, fecha de Pascua de Resurrección. Ello originó el nombre con que fue bautizada esta desconocida isla que no había sido registrada en mapa alguno de su época. Durante el desembarco de los holandeses, los isleños se habían acercado en multitudes , curiosos y desarmados, pero sorpresivamente algunos fueron alcanzados por las balas de una escopeta. Esta experiencia violenta con los primeros europeos se repetiría durante visitas posteriores de flotas europeas y americanas.

Casi trescientos años después, el 11 de julio de 2005, el Gobernador de la Isla de Pascua recibe de visita al Embajador de los Países Bajos (Holanda), quién le agradece sus atenciones y le envía una misiva a cada una de las autoridades de la isla en donde explica su sentir: “ En cuanto a los hechos históricos vividos por nuestros pueblos, tengo a bien ofrecerle mis disculpas por el daño causado en el pasado por la muerte de tantos Rapanui (9 a 10) durante el primer desembarco de europeos en Isla de Pascua. Me refiero al trágico acontecimiento ocurrido el 10 de abril de 1722, cinco días después de que los barcos Arend, Thienhoven y Africaansche Galey habían anclado en Isla de Pascua. Ese día el Suboficial de Navegación del Thienhoven, Cornelis Mens, dio repentinamente la orden de disparar al momento de desembarcar Jacob Roggeveen y gran cantidad de tripulantes. Que se había asustado, como él afirmaba, puede ser cierto, pero no había ninguna razón para ello, según el relato del Capitán Bouman del Thierhoven, quién entre otras cosas escribió:” …porque los habitantes, al menos la mayoría, no tenían armas sino que se nos acercaban en gran cantidad con las manos vacías para darnos la bienvenida. Cornelis Mens dijo como excusa que los habitantes habían querido agarrar su escopeta y que lo habían amenazado con tirar piedras, lo cual no cuenta con la credibilidad de los señores Roggeveen, Coster (capitán del Arend), Roosendaal (capitán del Africaansche Galey), tenientes, alféreces y por mí, junto a todos los oficiales y cuantiosos marinos. Puesto que primero desembarcamos y luego caminamos junto a un gran número de habitantes quienes nos abrían paso en muestra de amistad, pero el oficial de navegación desconocía que ellos habían hecho esto. Sin embargo todos los oficiales creían a que había actuado de esa manera porque él era un villano…”

La violenta intervención de Cornelis Mens no puede, en mi opinión, ser olvidada, puesto que esto no debiera haber ocurrido. Muchas veces se dice: “dejemos que la historia siga siendo historia”. Sin embargo, esto solamente es posible en caso que no se haya callado sobre la injusticia y al menos mostrar remordimiento. Cornelis Mens ya no puede hacer eso, Roggeveen tampoco.  Pedir disculpas oficiales por daños causados en el pasado, sea de un país, una institución o un individuo, aporta a que la “ historia siga siendo historia.” Sin embargo, esto solamente es posible en caso que no se haya callado  sobre la injusticia  y al menos mostrar remordimientos. Cornelis Mens ya no puede hacer eso, Roggeveen tampoco, pero yo si puedo.” La violenta intervención de Cornelis Mens no puede, en mi opinión, ser olvidada, puesto que esto no debiera haber ocurrido. Muchas veces se dice: “dejemos que la historia siga siendo historia”. Sin embargo, esto solamente es posible en caso que no se haya callado sobre la injusticia y al menos mostrar remordimiento. Cornelis Mens ya no puede hacer eso, Roggeveen tampoco.  Pedir disculpas oficiales por daños causados en el pasado, sea de un país, una institución o un individuo, aporta a que la “ historia siga siendo historia.” Sin embargo, esto solamente es posible en caso que no se haya callado  sobre la injusticia  y al menos mostrar remordimientos. Cornelis Mens ya no puede hacer eso, Roggeveen tampoco, pero yo si puedo.” 

Esta misiva es una gran ejemplo a seguir para pedir perdón, permitiendo que la historia siga siendo historia y no una llaga abierta.