La Cantera de los Moai
Cerca de cuatrocientos testigos de piedra se encuentran dentro y fuera del cráter . Algunos están de pie, otros yacen terminados y a medio terminar, algunos se quebraron en el trayecto hacia su plataforma donde nunca alcanzaron a llegar.
El volcán de nombre Rano Raraku “cerro surcado” tiene 150 m de altura, es inactivo desde hace milenios y fue el escenario de una titánica obra maestra.
La estética estilizada de los clásicos Moai del Rano Raraku difiere de aquellos con rasgos más naturalistas y gruesos que descansan sobre las plataformas. El Moai clásico tiene una connotación fálica, exhibe sus orejas alargadas y, en muchos casos, los discos insertados en los lóbulos, tal como lo usaban los legendarios Hanau Eepe ( hombres de raza corpulenta), que, según ciertas hipótesis, fue la segunda inmigración de Te Pito o te Henua. Según otras, fue una tribu que llegó junto al legendario rey Hotu Matua.
Los escultores comenzaban a esculpir desde un muro vertical hasta rodear la figura completamente con todas sus características. Al final cortaban la quilla restante, el Moai se deslizaba por la ladera hasta caer a un hoyo cuesta abajo, donde se retocaba la espalda y se preparaba para su transporte. En la cantera podemos divisar varios Moai inacabados, incluso uno que mide más de 20 metros. Subiendo por el costado norte del Rano Raraku se encuentra la única estatua en postura arrodillada, típica postura de cantores ceremoniales. Se llama Tukuturi (el arrodillado) y se supone que es el Moai más antiguo de Rapa Nui y que dataría de la época de los primeros inmigrantes.
El transporte de los Moai es otro enigma irresuelto, son muchas las teorías, pero no hay acuerdos hasta la fecha. Cuatro caminos de aproximadamente diez metros de ancho, pero con un uso activo de 5,5 metros, se construyeron para transportar los Moai desde la cantera de Rano Raraku hacia sus diferentes destinos.